Artista realista en acrílico sobre lienzo

Muchos artistas empiezan diciendo que se dedican al arte por su familia; porque lo vieron en su madre, su padre, su abuelo o su abuela. Este no es mi caso, al menos que yo recuerde de las generaciones más cercanas. Aun así, no recuerdo momento de mi infancia en que no estuviera dibujando, pintando o creando algo con las manos. Desde siempre me he sentido conectada a mi creatividad, al igual que con la naturaleza y los animales.

 

Ya desde joven, tuve dos vocaciones muy claras: la educación y el arte. Siguiendo este camino, me formé en diseño gráfico y, más adelante, en educación primaria y educación especial. Parece que nada tengan que ver la una con la otra, pero esa sensibilidad, paciencia, empatía y cariño que te aporta la educación, queda reflejado después en cada detalle y en cada pincelada, queriendo buscar la esencia de ese animal al que represento.

 

El arte es para siempre, igual que el recuerdo de todos aquellos animales que hayan compartido contigo una pequeña parte de tu vida.